domingo, 12 de abril de 2009

UN RECUERDO - UN MAESTRO

Un día el Maestro invitó a vivir una semana en el Campo. El lugar era Santa Rosa de Chontay a pocas horas de Lima, la capital del Perú, camino de Cieneguilla.

Nos alojamos en una comunidad, a las 5 de la mañana tocaban la campana y despertándonos, nos poníamos la ropa de baño, teníamos que caminar casi a oscuras como una cuadra hasta el río mojarnos en el agua fría y regresar. El frío del amanecer reacciona en nuestros cuerpos que sienten calor y seca la ropa de baño, al llegar estamos secas y nos ponemos las mayas blancas, cogemos las toallas para estirarlas en el campo y salimos para la gimnacia de las 6 de la mañana.

La hermosa experiencia fue ver como el sol se elevaba entre los cerros, la oscuridad que cubría el paisaje desaparecía poco a poco, iluminando el cerro, las casitas con sus chacras aumentaban a medida que el sol las iluminaba, yo estaba fasinada, con la belleza del paisaje en movimiento.

Todos vestidos de blanco sobre toallas blancas haciendo gimnacia sincronizando la respiración con los ejercicios al final teníamos la luz solar.

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