Entre los recuerdos como voluntaria de la Cruz Roja Peruana, quiero destacar una noche que el cerro estaba lleno de lodo de un huayco y en un cuarto improvisado atendíamos con el médico a los heridos, lo que más me impactó sin poder olvidar fue un niño que tenía las plantas de los pies con pedazos de vidrios rotos, después de sacarle los vidrios y curarle el médico, no tenía medias ni zapatos para proteger las gasas y se fue pisando el barro, como me gustaría que en esta temporada de huaycos entre las donaciones a los damnificados prioricen zapatos para que no se infecten las heridas con el lodo.
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tremenda figura, una cura sin cura, un circulo perverso sin fin, salvo un cambio de las condiciones generales, dos caminos ?? ambos los jugo el país, hoy aparentemente hay mas posibilidades que tengan zapatos,pero entiendo que la figura exige mas que eso, lo lograremos ??
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