Entre los estilos de vida que nos cuenta Rolando Arellano, en su libro "Al medio hay sitio" no he encontrado a las personas que miran al extranjero como modelo.
Hace un tiempo un diario protestaba porque un laboratorio extranjero quería la patente de un producto hecho con una hierba de la selva peruana, mientras un extranjero se interesa preguntando al curandero de la tribu por la hierba que utiliza y busca con el microscopio que propiedades tiene, algunos peruanos llaman al curandero brujo, ridiculizan al que cree en la medicina popular y utilizan remedios que mandan traer del extranjero, que divertido sería que el remedio tenga elementos de alguna hierba peruana.
Pero esto no es el único caso, hay niños de los andes quechuas que no entienden lo que leen, aprenden de memoria palabras en castellano sin saber su significado, porque no se atreven a preguntar a la maestra delante de los niños de la costa, por miedo a las bromas humillando su identidad, causando traumas infantiles que han permanecido ocultos hasta que apareció una palabra inglesa, "bullying"
A proposito del quechua en el peródico ha salido que en la Universidad de Estados Unidos hay interes en estudiar quechua, que risa me causaría el día que llegue la moda de Nueva York a Lima y ver que están aprendiendo el quechua de Nueva York.
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