El auto se paró detrás de una fila de autos y camiones, en
pocos segundos teníamos autos atrás la carretera estaba entre cerro y el
precipicio, lo que paso fue que hubo un derrumbe de tierra, la suerte fue que
al poco rato llego un camión que llevaba
un grupo de campesinos para trabajar más arriba y a alguien se le ocurrió hacer
una colecta para pagar a los campesinos
del camión para sacar el derrumbe y gracias a ellos hicieron un espacio que
paso nuestro auto manejado por el
chofer, Pepe y yo pasamos caminando y muy pronto llegamos a Tingo María un
pueblo chico que iba creciendo a velocidad.
Nos alojamos en el hotel donde comimos, en un momento me
asuste ver algo que se movía, pensaba que era una culebra y era la cola de un gato
que sus ojos brillaban en medio de la oscuridad de la noche. Al día siguiente
por la mañana salimos para Aguaytía, nos alojamos en un campamento que se oía
en la noche hablar por radio en inglés.
Noche de luna llena que alumbra la copa de los árboles, su
luz resplandece hasta el horizonte a lo lejos rayos y truenos llegan a minutos.
¡¡¡Noche de luna llena en la selva,
Luna llena rodeada de estrellas
No dejes que te coma un
agujero negro…!!!
Uno de los recuerdos fue una fotografía que nos tomamos en el
puente de la Aguaytia El regreso a Lima era días de subida y días de bajada,
fuimos contra el tráfico, teníamos que apurarnos para no encontrarnos con el
ómnibus de pasajero, cuando llegamos arriba a almorzar justo el ómnibus partía,
era el único lugar gasolinera y un restaurante. Y continuando en el viaje de
regreso nos encontramos con el puente que estaban reparando, pusieron las
tablas para pasar el auto. Mi marido y yo tuvimos que pasar agarrando de la
baranda mirando rio abajo y cuando llegamos a otro grifo nos preguntaron. ¿Cómo
pasaron si no había pase? Así llegamos felices de nuestra aventura de viaje a Huánuco.
Bonito recuerdo y muy bien contado. Un fuerte abrazo Nelly .
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